CARDIFF & MILLER Primera parte 

FEBRERO 2019 | Margarita Rodríguez 

No ha quedado demostrado, ni mucho menos, que el lenguaje de las palabras sea el mejor posible.
Antonin Artaud

Cardiff & Miller, una exposición que envuelve al espectador, lo hace parte de ella, lo lleva a experimentar emociones que van desde la plenitud hasta el terror y lo atrapa -voluntaria o involuntariamente- en cada una de sus instalaciones, se presenta en MARCO a partir del día 25 de enero, siendo la primera ocasión que se presenta en México la obra de los artistas canadienses Janet Cardiff y Georges Buren Miller, en la que es una de las más completas muestras de su trayectoria de más de 30 años, durante los que han expuesto en importantes instituciones del orbe.

Las nueve obras que la integran, producidas entre 2001 y 2017, que ocupan la totalidad de la Planta Alta del Museo dentro de una museografía un tanto laberíntica necesaria para dotar a cada una de ellas de un espacio propio -como una caja encerrada en otra- son un ejemplo del arte contemporáneo incluyente en varios sentidos: incluyen diversas manifestaciones artísticas en las que predomina el sonido, así como la literatura, la historia del arte, la pintura, el teatro y la arquitectura entre otras; es totalmente inclusiva para el espectador con el que interactúa de diversas formas, y además introduce avanzadas tecnologías en iluminación, robótica y sonido envolvente, tridimensional que, por medio de una sincronización exacta, conducen al cerebro a experimentar una especie de hiperrealidad auditiva y visual que acapara por completo su atención. Este efecto, tan importante en sus instalaciones, se logra al sumergir al espectador en los sonidos y efectos visuales de la obra aunados a los que se generan en el espacio de cada sala.

La producción de esta pareja de artistas no es fácil de encasillar en una clasificación ya que, a pesar de la importancia preponderante del sonido, como música de diversos géneros, ruidos ambientales, voces… y silencios, no es propiamente arte sonoro, ya que en este caso el sonido es un medio más en el conjunto infinito de técnicas y materiales utilizados en sus obras -algunas de ellas basadas en los sueños y pesadillas de Janet- en las que con frecuencia intuimos una presencia humana que no es posible sentir más que por medio de sombras o por la voz narrativa. En varias instalaciones, como en The Marionette Maker y Opera for a Small Room, el espectador se convierte en un voyeur que se cuestiona lo que sucede y elabora sus propias historias; en otras, como en The Killing Machine y Experiment in F# Minor, tiene una participación activa. Ninguna dejará de sorprenderlo y despertarle evocaciones y emociones.

The Marionette Maker, 2014, obra que abre la muestra, es una casa rodante dentro de la que el espectador encontrará, al asomarse a las ventanas, diversos escenarios: un maniquí de silicón y molde de yeso en tamaño natural de Janet dormida -inclusive se le ve respirar- rodeada de una gran cantidad de pequeñas marionetas híbridas y una con aspecto humano -George- tocando la guitarra en perfecta armonía con la música; en el extremo opuesto encontramos algunas más, entre ellas el fabricante -él mismo otra marioneta- diseñando nuevos modelos en su escritorio. En otro espacio hay un escenario de teatro en el que una marioneta canta una aria de ópera acompañada al piano por otra, y aquí vemos que el fondo de la escenografía es un paisaje que sale del horno de una cocina situada atrás, también en tamaño normal. A un lado vemos un pequeño barco navegando, al parecer con el ritmo respiratorio de un vestido de encaje y en la parte de abajo hay un paisaje detrás de una pequeña puerta.

Este ambiente onírico tan variado y confuso puede recordar el relato del siglo XVIII, Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift; sin embargo, es más cercano a la metáfora del cuento La Bella Durmiente, de los hermanos Grimm, plasmada por la escritora estadounidense Anne Sexton en su poema Briar Rose en el que alude al paso del tiempo, a las limitaciones de la mujer en una sociedad patriarcal, y las secuelas de su largo sueño, al imaginar lo que sucedió después de que la princesa despierta con el beso del príncipe y se casa con él: …todo fue bien, excepto por el miedo. El miedo al sueño..

En Carlos Amorales. Axiomas para la acción es una muestra polisémica que permite un acercamiento al trabajo de un importante artista contemporáneo mexicano desde sus inicios, hace más de dos décadas, hasta la actualidad. Al recorrerla podemos constatar su capacidad de integrar a su muy particular universo iconográfico diferentes disciplinas, técnicas y materiales a través de la construcción de herramientas-signo y su manera de decodificarlas, así como los cambios y actualizaciones que ha realizado con obras creadas a partir de sólidas bases teóricas llevadas a la práctica con elementos y técnicas tradicionales y contemporáneas. No obstante el hecho de que muchas de sus obras son autorreferenciales y ligadas a México, los temas y su construcción les dan un carácter universal. En lo personal, el artista es muy amable, buen conversador y con gran facilidad para exponer sus ideas y captar el interés del público, en especial de los jóvenes, como se vio en la charla que ofreció para el público el 8 de marzo en el Auditorio del Museo. Actualmente está trabajando en Holanda en un proyecto en el que participarán coros con los que construirá una especie de lenguaje, por lo que viaja frecuentemente entre Holanda y México, además de estar al pendiente de otras muestras que se integrarán a partir de sus Axiomas. MARCO ha preparado diversas actividades en torno a la muestra que permanecerá hasta el 28 de julio de 2019.

Sobre mí

VoluntarioLicenciada en Educación
Voluntaria desde el 2010, con mas de 200 recorridos guiados.