“¿Monterrey sin MARCO?

Desde su inauguración a principios de los años 90 este extraordinario museo ejerció una gran influencia en mí, tanto en mi apreciación del arte contemporáneo como en mi desarrollo dentro de la producción plástica. Su exposición inaugural, Mito y Magia en América, fue como una gran sacudida que me mostró en directo los logros de los protagonistas del boom de la pintura de la década de los 80 en el continente. Recuerdo particularmente la fascinación que me produjo la obra de Basquiat y el haber regresado varias veces a recorrer la muestra, la primera de muchas que hicieron que muy pronto me sintiera como en casa al estar recorriendo sus salas.

Este vínculo con el Museo se extendió a la familia, cuando a partir del 2003 empecé a dar un curso sabatino de pintura en sus instalaciones; mientras impartía mi clase, mis hijos, Emilio y Esteban de 4 y 6 años respectivamente, disfrutaban de los talleres infantiles de escultura y de pintura. Era muy divertido al término de la sesión pasar a recogerlos y ver sus sonrisas y la urgencia de mostrarme lo que habían creado en el transcurso de la mañana; sobra comentar el obligado lavado de manos y cara previo al regreso a casa. Esta maravillosa rutina de los sábados duró aproximadamente 2 años y fue determinante en su desarrollo sensible y creativo.

Otra experiencia inolvidable fue cuando en el 2009 me invitó el Museo a participar en la exposición Registro 02. Primero la sorpresa… después la motivación y la oportunidad de trabajar con un equipo altamente calificado en las etapas de planeación y montaje de la muestra. Fue muy grato el constatar que MARCO no solamente tenía la mira en lo que se producía en el extranjero y en la capital del país, sino que se interesaba además por lo que hacíamos los productores locales. Mi agradecimiento por esa oportunidad y por las invitaciones que me extendieron a otros proyectos como la intervención de una piñata navideña en el 2007 y “En torno al balón” para celebrar el Mundial del 2014.

Otros encuentros memorables en sus salas: Paula Rego, William Kentridge, Anthony Gormley, Ron Mueck, Pixar, Koudelka, Dix, Kubrick, Cardiff & Miller, etc, etc, etc.

En el año 2000, un triste acontecimiento estremeció a la comunidad cultural de la ciudad: el cierre del Museo de Monterrey. Un museo que a muchos nos formó e incluso diría que contribuyó a que algunos decidiéramos dedicarnos al arte. Nuestro único consuelo en ese momento era que contábamos con un gran museo de clase mundial que podría albergar las muestras que ya no vendrían más al emblemático museo de Cervecería.

¿Monterrey sin MARCO? No puedo ni quiero imaginarlo…”

Ramiro Martínez @ramiromartinezplasencia

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