“El alimento nutre al cuerpo, el arte nutre al espíritu…

Mi nombre es Adela Inés. Mi obsesión por el arte empezó hace aproximadamente dos años. Gran parte de esta pasión nació en los salones de clase del Museo MARCO, así como en los cursos y exposiciones que realicé a través del programa ENLACE.

Recuerdo cuando vi la exposición de Ai Weiwei en el 2019, me marcó el dolor y la lucidez del artista para mostrar sin maquillaje la realidad de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa. ¿Has sentido alguna vez impotencia de no sentirte escuchado? ¿De no tener los argumentos y conceptos necesarios para defender tus derechos? ¿Te has cansado de sentir que no te escuchan y entonces tienes la necesidad de gritar? Yo sí… y los familiares de los estudiantes también.

Llevo dos años tomando todos los cursos de Arte Contemporáneo en el Museo MARCO con Samuel Rodríguez Medina. Ahí fue que entendí lo necesario que es atreverse a enfrentar el arte con la contemporaneidad. Creo que se necesita ser valiente, quitarse de prejuicios, miedo, vergüenza; en otras palabras, quedar desnuda del alma para plasmarlo. También creo que se necesita humildad para aceptar que la vulnerabilidad y fragilidad son parte de la condición humana, entonces ¿Por qué querer esconderla o maquillarla? Estos conceptos han permitido que mi relación con el arte sea más auténtica y honesta.

Este proceso no ha sido fácil, el arte contemporáneo tiene una estética basada en la inquietud, en el horror, en lo real. Recuerdo que en una de esas clases estuvimos estudiando a los “filósofos malditos“ y analizando a la sociedad y su consumo como forma de llenar vacíos. Fue una de tantas clases intensas. Al término de la clase me subí al carro, puse la música que toca mi corazón y me fui llorando hasta llegar a mi casa. Esa inquietud me duró varios días, pensé en dejar las clases ya que tenía la impresión de poder caer en una depresión si seguía con ese ritmo de información que al principio me parecía pesimista.

Después entendí que aquello no era pesimismo sino lucidez. Esto me ayudó a entender mejor la obra de Ai Weiwei y a utilizar esta empatía del dolor para crear y no para sufrir en vano.

El Museo MARCO ha sido una plataforma para mi desarrollo artístico. El año pasado en el programa de ENLACE, guiado por Samuel Rodríguez Medina, realicé una serie de siete autorretratos llamada “Devorando“ basada en la obra de “Saturno Devorando a su Hijo“ de Francisco de Goya. Esta serie fue seleccionada para la impresión de un fotolibro en Bariloche Argentina, convocada por Bex Revista de Fotografía Latinoamericana. También, parte de esta serie se expone actualmente en el Centro de las Artes Nave 2 seleccionada en REVISION 2020: Fotógrafos de Nuevo León. Así mismo, esta serie la han recomendado en las redes sociales de Fotógrafas en el Mundo con sede en Mar del Plata en Buenos Aires Argentina, así como en las series de Fotógrafas del Norte. La Casa del Libro de la UANL, junto con 3 Nubes Ediciones, seleccionó un video sonoro con esta serie la cual publicaron en su edición digital. También se expuso en el Museo Del Desierto en Saltillo Coahuila.

Hace un mes se llevó a cabo la culminación del curso del programa ENLACE de este año con la exposición en el Museo Marco, participé con la obra titulada “TODOS“. Para tal obra, realicé un orificio de cinco centímetros de profundidad, a uno de sus muros el cual rellené con pasta resanadora combinada con yeso pulverizado y un cabello obtenido del penal del “Topo Chico“. De esta forma intenté integrar la presencia simbólica de las personas invisibilizadas de la ciudad de manera orgánica (cabello) e inorgánica (yeso). Al quitar la obra, parte del yeso y del cabello que extraje del penal se quedaron en el Museo MARCO ya que el material está a profundidad en la pared. Es una pieza para reflexionar acerca de los procesos de exclusión e invisibilidad en la ciudad y las formas de integrar metafóricamente a TODOS. De este proyecto nació una serie con la cual gané el Primer lugar en el Concurso Anual de La Asociación Plástica de Garza García 2020 hace unas semanas.

Los museos y espacios culturales son plataformas de lanzamiento de las artes. De ahí la importancia de apoyar y fortalecer a TODOS los espacios culturales, en especial en una ciudad industrial como la nuestra en donde el exceso de trabajo y falta de tiempo hace que el reflexionar sea un lujo, así como el cuestionar, pensar, sentir, hablar y expresarse. No necesitamos pensar igual, pero sí necesitamos plantear esas inquietudes y reflexionarlas en un espacio seguro para transformar.

Esperemos larga vida al Museo MARCO, el MUSEO DE TODOS, ya que es un lugar que toca el corazón y que inquieta la mente. ¿Qué sería de una ciudad sin arte?”

Adela Inés González Villarreal

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